Los palos y las piedras pueden romper mis huesos, pero las palabras expresadas, me amarán o me herirán”. Todos conocemos el poder de las palabras, estas pueden herir o pueden sanar y además, las palabras son contagiosas y persisten mucho después de que fueron pronunciadas. ¿Recuerdas las palabras hirientes que te dijeron en secundaria? ¿Alguna vez has sido el objeto del chisme, o has sido herida por las duras palabras de otro? Sin duda, todos hemos experimentado arrepentimiento por nuestras propias palabras pronunciadas en momentos de frustración. Probablemente también hayas experimentado el poder sanador al recibir ánimo de un amigo durante un tiempo oscuro o la bendición de alguien que esté dispuesto a decirte la verdad en amor. En Las Palabras de una Mujer, Chrystie Cole nos ayuda a comprender por qué debemos esforzarnos por pronunciar palabras de vida en lugar de muerte y cómo superar siete ídolos comunes que a menudo se encuentran en la raíz de nuestro discurso corrupto.