¡Me sentía miserable! Sabía que el evangelio tenía el poder de cambiar a la gente; pero, francamente, yo era lamisma. En mi mente conocía al pie de la letra todos los atributos maravillosos de Dios. Sin embargo, en mi interior,dudaba de si Él conocía mi nombre. ¿Cómo podía vivir como Su hija cuando en realidad me sentía como una huérfanaespiritual?¿Qué hay de ti? ¿Te sientes atorado? ¿Sientes que anhelas algo, pero no sabes qué es? Ruthie Delk comparte una maneraclara y concreta de predicarte el evangelio a ti mismo. Todos necesitamos recordar las buenas nuevas, el evangelioverdadero que trae libertad, vida y esperanza, un evangelio que vale la pena celebrar y compartir. Por eso, este libro tedará lo necesario para moverte de un ciclo de resistencia, separación y soledad a una vida de restauración y libertad.